El lugar donde se sienta la ciudad de Montreal estuvo habitado por nativos algonquinos, hurones e iroqueses durante miles de años antes de la llegada de los primeros europeos. Los ríos y lagos de la región estaban llenos de peces que servían como alimento a los nativos, además de que eran eficientes rutas de transporte.
Periodo colonial
Samuel de Champlain fue a la isla de Montreal dos veces, en 1603 y 1611, casi un siglo después de Cartier. Por aquel entonces, Hochelaga ya había sido abandonada por los iroqueses.
En 1639, el recaudador de impuestos Jérôme Le Royer creó una compañía, en París. Su objetivo era la colonización de la actual isla de Montreal. En 1641, la compañía envió a un grupo de misioneros cristianos dirigidos por Paul Chomedey de Maisonneuve, cuyo objetivo principal era cristianizar a los nativos locales. En 1642, el grupo misionero, compuesto por cerca de 50 personas, desembarcó en la isla y construyó un fuerte, estableciendo la Villa María de Montreal (Ville Marie de Montréal).
Los iroqueses atacaban continuamente el fuerte, esperando destruir el entonces rentable comercio de pieles que mantenían los franceses con los algonquinos y hurones, rivales de los iroqueses. A pesar de estos ataques, Montreal prosperaba como centro católico de comercio y venta de pieles, así como de base central para la explotación de otras regiones de la Nueva Francia (regiones de América del Norte que formaban parte del imperio francés). A comienzos del siglo XVIII, la pequeña Ville-Marie pasó a ser llamada Montreal. Entonces, tenía una población de aproximadamente 3.500 habitantes.
Montreal fue tomada por fuerzas armadas británicas en 1760, durante la Guerra Franco-Indígena (1754–1763), y pasó definitivamente a control británico en 1763 dada la decisión francesa de mantener la isla de Guadalupe, en el Tratado de París.
Fue ocupada temporalmente por tropas de las Trece Colonias durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos en 1776. Benjamin Franklin y otros diplomáticos americanos intentaron conseguir el apoyo de los canadienses francófonos a causa de la independencia de las Trece Colonias americanas contra los británicos, pero sin éxito. En junio de 1776, con la llegada de tropas británicas, los americanos retrocedieron.
A comienzos del siglo XIX, Montreal tenía aproximadamente 9.000 habitantes, cuando los inmigrantes venidos de Escocia comenzaron a instalarse en la ciudad. Aunque sólo constituían un pequeño porcentaje de la población de la ciudad, fueron esenciales para la construcción del Canal de Lachine en 1825, que permitió la navegación de grandes barcos por el río, haciendo de la pequeña Montreal uno de los principales centros portuarios de América del Norte. Los pioneros escoceses también crearon el primer puente que conectaba la isla al continente, el primer centro comercial de la ciudad, vías férreas, y el Banco de Montreal, el primer banco de Canadá, y actualmente uno de los mayores del país.
Fue la capital de la provincia colonial del Canadá entre 1844 y 1849, y centro de una explosión económica que atrajo a muchos inmigrantes de lengua inglesa, como irlandeses, escoceses e ingleses. Esto hizo a la ciudad, por un corto período, predominantemente anglófona, hasta la llegada de más inmigrantes franceses en las décadas de 1840 y 1850. Este acelerado crecimiento convirtió a Montreal en la capital económica y cultural de Canadá. La ciudad pasó de 16.000 a 50.000 habitantes entre 1825 y 1850.
De 1867 a la década de 1940
El crecimiento de la ciudad, tanto en términos económicos como demográficos (la ciudad alcanzó los 100 mil habitantes a finales de la década de 1860, de los cuales la mitad eran de origen francés) continuaba. La importancia y la prosperidad económica de la ciudad aumentaron cuando se construyó la primera vía férrea transcontinental, que enlazaba Montreal con Vancouver, en la Columbia Británica, y otras ciudades importantes en el interior. Hacia el cambio de siglo, Montreal había alcanzado aproximadamente 270 mil habitantes.
En la Primera Guerra Mundial, en la cual Canadá luchó del lado de la Triple Entente y Estados Unidos, los habitantes anglófonos de la ciudad apoyaron al gobierno. Los habitantes francófonos, en cambio, no tuvieron el mismo entusiasmo. En 1917, dada la insuficiencia de soldados, el alistamiento forzado de cualquier persona elegible para luchar en la guerra causó varias revueltas en Montreal, alejando a la población anglófona y francófona una de la otra.
Tras la Guerra, con la prohibición de bebidas alcohólicas en Estados Unidos, Montreal se convirtió un paraíso para los norteamericanos en busca de alcohol.17 La ciudad ganó el infame apodo de Sin City (Ciudad del Pecado), gracias a la venta de bebidas alcohólicas, al juego y a la prostitución.
A pesar de haber sido duramente alcanzada por la Gran Depresión económica los años 30,18 Montreal continuó desarrollándose, con la construcción de varios rascacielos Entre ellos, el Edificio Sun Life, el más alto de la Commonwealth Inglesa por un cierto período.
La Segunda Guerra Mundial y el alistamiento forzoso de personas trajeron de nuevo problemas de índole cultural entre anglófonos y francófonos. Esta vez, sin mayores consecuencias que la prisión de Camillien Houde, entonces alcalde de la ciudad, que incentivó a los habitantes de Montreal a ignorar la causa del gobierno canadiense en la guerra, exhortando al no alistamiento en la misma.
Desde 1950
Montreal fue el centro del crecimiento del nacionalismo quebequés, que creció hasta el comienzo de los años 70. En 1967, Montreal fue sede de la Expo 67, una feria internacional que coincidió con el centenario de la independencia de Canadá. La Expo 67 fue una de las mayores ferias internacionales jamás realizadas, además de haber sido el escenario de un famoso discurso del entonces presidente francés, Charles de Gaulle, en el cual expresaba su apoyo a los nacionalistas quebequeses, causando así ciertas tensiones en las relaciones franco-canadienses.
Montreal organizó los Juegos Olímpicos de 1976, que endeudaron profundamente a la ciudad (una deuda del orden de mil millones de dólares canadienses), debido a gastos no controlados y a la corrupción. Esta deuda generada se acabó de saldar en 2006.
El crecimiento del nacionalismo quebequés tuvo como consecuencia la aparición de actos terroristas, perpetrados en la ciudad por extremistas entre 1963 y 1970. La aprobación de la Ley 101 por el gobierno de Quebec, en 1977, que limitaba el uso del inglés y otros idiomas que no fuesen el francés en la política, el comercio y en los medios de comunicación, fueron factores decisivos, que causaron el alejamiento de comerciantes y empresas internacionales –que fueron mudándose paulatinamente hacia Toronto– y la disminución del número de inmigrantes instalados en la ciudad.
En los primeros años del siglo XXI, tuvo lugar la reorganización de Montreal. Así, en 2001 la ciudad se fusionó con las otras 26 ciudades que ocupaban la Isla de Montreal, formando una única ciudad. En 2002, se concedió un referéndum a las ciudades que habían sido fundidas con Montreal, pudiendo votar a favor o en contra de la fusión. De acuerdo con los resultados de la votación, 15 de las antiguas ciudades recuperarían su independencia el 1 de enero de 2006.
Montreal, el mayor centro urbano de Canadá y principal centro comercial e industrial del país desde los inicios de la historia moderna de Canadá, fue superado, en número de habitantes e importancia económica, por la ciudad de Toronto (Toronto y sus cinco distritos de la época, que actualmente componen juntos la ciudad de Toronto), en la provincia de Ontario, entre la década de 1970 y 80. Las buenas condiciones económicas de la ciudad permitieron los actuales avances en la infraestructura de la ciudad (expansión del sistema de metro hacia la ciudad vecina de Laval y la construcción de un anillo vial en torno a la isla de Montreal). Actualmente está en marcha la revitalización de varios barrios degradados.
Fuente: Wikipedia