
Luego de cinco (5) años viviendo en la hermosa Montreal, la novedad se ha convertido en rutina y lo sorprendente en cotidiano. Somos parte íntegra de esta sociedad que, lejos de ser perfecta, es nuestra.
Canadá ya es parte de nuestro paisaje y de nuestros corazones. Montreal es nuestro sitio en el mundo. Nos sentimos afortunados y bendecidos.