¡Tercer aniversario en Montreal!

¡Tercer aniversario en Montreal! ¡Cómo pasa el tiempo volando por estas tierras!. Definitivamente, ya somos parte de la dinámica de la ciudad.

Una vez le escuchamos a un famoso youtuber afirmar, que uno ya era parte de Canadá cuando empezaba a criticar el día a día (el clima, el tráfico, las reparaciones, etc.) Basándonos en ese criterio, sin lugar a dudas, ya pertenecemos a este país.

Aunque ciertas percepciones han cambiado desde hace un año, hay otras que se mantienen firmes. Es por ello que queremos compartir con ustedes nuestras vivencias por estas tierras luego de habitar en ellas por tres (03) años.

Y sin más preámbulos, aquí nuestras impresiones:

• Durante este tiempo, se pierde la emoción del principio. Entrar en la cotidianidad, es lo común.
• El mundo laboral es muy diferente a lo que estábamos acostumbrados. En una futura nota, contaremos más al respecto.
• Aquí el tiempo pasa muy rápido. El tiempo no alcanza para nada.
• Hay muchos horarios laborales que no siguen los cánones tradicionales. Trabajar en fines de semana y/o en la tarde-noche, puede ser una posibilidad.
• Es imperativo revisar la predicción del clima todos los días antes de salir. De esa forma, te vistes de la manera adecuada. 
• Canadá es un país de oportunidades. Aquí se premia la constancia y el esfuerzo.
• Vivir sin casi inflación es una novedad. Y en comparación a otras provincias, Quebec se sitúa por debajo del promedio nacional (Fuente: Institut de la statistique du Québec)

Y para seguir con la tradición de notas anteriores, vamos a nombrar lo que nos gusta, lo que no tanto y lo que nos parece curioso.


Nos gusta:

• Seguridad: hemos dejado atrás la paranoia que traíamos de Venezuela. Aunque Montreal no está exenta de delitos, es una ciudad muy segura.
• Ofertas: cada producto que es vendido en Canadá, es susceptible de estar en oferta en alguna oportunidad. Si se dedica un poco de tiempo a cazarlas, se pueden ahorrar varios cientos de dólares al año.
• Limpieza: la ciudad es limpia. Por lo general, no se ven rastros de basura en las calles.
• Festivales y eventos: No nos cansamos de repetir, que la oferta de eventos durante el verano es gigante. Siempre hay algo que hacer o ver. 
• Amistades: uno llega a cultivar muchas buenas amistades. A veces el tiempo no alcanza para planificar actividades con todas. 
• Poder adquisitivo: aquí es posible adquirir casi cualquier cosa sin necesidad de vender un riñón. Pero entre tantas tentaciones, es menester ser precavido y organizado.

No nos gusta tanto:

• El mal olor: y por tercer año consecutivo, repite esta opción. Hay mucha gente que quiere compartir su hedor con la multitud. Es bastante desagradable.
• Fumadores: la tasa de gente que fuma ya sea cigarrillo, cigarros electrónicos y/o marihuana, es más alta que en nuestros países.  Se van a pausa laboral varias veces para alimentar este vicio.
• Gente pidiendo: ya es parte del paisaje diario, ver gente pidiendo. Hay jóvenes que recorren los vagones del metro, con letreros de cartón, pidiendo un par de monedas. Los mensajes van tanto en inglés como en francés.
• Sentido de pertenencia: Canadá, al estar formada por cientos de nacionalidades, no ha logrado una identidad común. En ese sentido, todos se respetan, pero cada cultura anda por su lado.
• Estado de las vías: Quebec tiene las vías en peor estado de todo Canadá. En muchas ocasiones, no tienen nada que envidiar a las calles latinoamericanas.
• Suciedad en el metro: muchos usuarios dejan en los vagones los periódicos que regalan a la entrada de la estación. Igualmente, no es raro encontrar vasos de café tirados en el piso.
• Canícula: por mucho, este ha sido el verano más caluroso que se recuerde en mucho tiempo. La humedad llevó a límites insoportables la sensación de calor. Detestamos con locura los días de la canicule.
• Reparaciones: la cantidad de calles cerradas y/o desvíos que existen en Montreal,  llega al nivel de pesadilla. Mis amigos conductores andan renegando todo el tiempo de eso.

Lo curioso:

• Como en típica metrópoli, todo el mundo anda apurado. Por lo general, la gente camina rápido, y en la salida del metro, es común ver gente corriendo para alcanzar ya sea el autobús o el siguiente vagón de metro.
• Aunque no llegan al nivel de nuestros vecinos americanos, por lo general, el canadiense promedio es consumista. Y para mantener ese ritmo, se endeuda fuertemente. (Fuente: cbc.ca)
• Aquí se come mucho en la calle. Es normal ver los sitios de comida llenos.
• La cantidad de café que toman los canadienses no es normal. Toman grandes cantidades de esta bebida y disponen de un gran presupuesto para mantener este gusto.
• En el transporte, es común ver la gente ensimismada en sus teléfonos celulares. Igualmente, usan grandes audífonos para escuchar música. Muy pocas personas hablan entre sí.
• No es común escuchar piropos en calle. Aquí hay una línea muy delgada entre el flirteo y el acoso, por lo que la gente prefiere no correr el riesgo.
• En el mundo laboral, los canadienses separan con gran énfasis su vida personal de la vida laboral. No es común cultivar amistades en el trabajo (no es el caso de los latinos).

Esperamos que les haya gustado la nota. Quedamos atentos de sus comentarios.

À la prochaine!

AUTOR:Aleymina - De Valencia a Montreal©

Somos una pareja venezolana en el proceso de inmigración a Montreal, Quebec. Canadá.
Este blog es una bitácora detallada de todo nuestro proyecto de migración.